sábado, diciembre 17, 2005

Poema IV (epifánico)

Los poetas que guardan recuerdos del día
en que nació la montaña y con ella el Ser.

Establecidos en el mar del sur,
eran llevados con extrañeza al centro de la plaza
donde colgaban por los nombres
y variaban D-I-S-O-N-A-N-C-I-A
los niveles de voz, de cnato.

Eran buenos hombres confiados a Cristo
llevaban alas de cisne
y una vez al año llovían desde el techo.
En mi libertad es donde concibo ser preciso
navegar bajo ellos, plagio del cuerpo de Dios.

En la plaza los colgaban hasta enmudecer
eran el capricho de los pueblos.

¿Cuánto de malo hay en esperar
la venida de los que recuerdan
cada cicatríz de mi cuerpo?

Alberto Samuel

5 comentarios:

Tomás Riveros dijo...

que mierda es esto weon tarao que te pasa saca esta wea

Anónimo dijo...

Excelente, me quedo con los ultimos tres versos, se ven muy bien armados y con mensaje directo, profundo y en una linea...
Un abrazo
Tu hermano

Tomás Riveros dijo...

disculpas publicas:
mi comentario anterior iba dirigido hacia la moderacion de comentarios, no al contenido del poema, que me parece sencillamente espectacular
siga escribiendo asi hermano, y no se enoje por malos entendidos

saludos

Karina dijo...

solo 1 palabra...excelente, sigue escribiendo y deleintandonos ok??

pd:no me has respondido, estudias literatura o algo asi??

un abrazo karina

teruka dijo...

wow esta wenisimo!!!!...me encanto!!!
sigue escribiendo y subiendo lo que escribes porque hay gente que los disfruta mucho

besos
teruka
PD: feliz navidad!!!!!!!
que se cumplan todos tus deseos