Montada en un silbido,
lleva sobre las fresas
un canto mágico para el bosque.
El canto qe hace de los árboles
y el viento
siluetas de semillas.
La niña, que alguna vez fue mujer
silba el silbido silabal
cada silaba silbada silba
silbante el viento silabal
la silaba si silaba del silbido
si silbado
silba no el canasto
no la niña
silba el canto
silba la carne
silba el bosque
silban las anónimas fresas del canasto.
La niña, cada vez más niña
canta el canto mágico del bosque
que hace de las niñas
siluetas de sexo.
Las fresas, que alguna vez fueron semilla
se esconden de los árboles
Cantan el canto mágico del bosque
se canta lo que alguna vez fue silbido
fue sentido.
Todo canta en la canasta menos la canasta.
la canasta canta entonces
el silencio de la niña.
Ahora solo las semillas y el sexo cantan.
Gracias al Bosque.
Alberto Samuel
viernes, mayo 12, 2006
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3 comentarios:
Seba,
Muy bueno el poema....dice mucho mas que lo que uno cree que va a decir. La inocencia del inicio, es un pilar.
algunos comentarios de un admirador comentarista, que no es lo mismo que un comentarista admirado.
en vez de "la canasta canta entonces
el silencio de la niña."
sugiero recortarlo a talvez " la canasta es el silencio de la niña"
y lo del sexo, un palabra muy fuerte , me recuerde un cometario de octavio paz o carlos ( el mexicano ese de la angela mastretta )... el amor si sexo es como es un huevo sin sal, que es entonces el sexo sin amor? .
Por donde va tu referencia al sexo, donde esta el amor o no lo hay.
un abrazo hijo
papa
la cecilia esta en desacuerdo completo con la intervercion de la canasta del skipper.
y declara encontrarlo superbueno
Papa
yo aun no se silbar!
(una cerveza y la realidad)
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